jueves, 5 de agosto de 2010

Me puse a Dieta

Días atrás compartiendo un almuerzo en el trabajo salieron varios temas de la realidad que nos aqueja.
Generalmente trato de no participar demasiado cuando opinan del momento del país ya que generalmente me encuentro remando solo con el viento de frente cuando esgrimo mi opinión.
En reiteradas ocasiones o cambio de tema o simplemente trago saliva y solo escucho.
Pero en el mentado almuerzo, fui testigo de una discusión entre dos compañeras quienes comentaban las nuevas vicisitudes en la vida del nuevo rey del Rating televisivo Ricardo Fort. Una de ellas, con razón, decía que quiera o no terminaba viendo lo que pasa en la vida del mediático millonario, ya que los canales de aire de nuestra TV transmiten sus aventuras en cadena nacional.
Entre este y otros temas, la mesa llego a la conclusión que no es bueno lo que pasa (que novedad pensé)
Como vieron que mi participación era nula y ante la novena requisitoria solo atine a contestar que este tipo de cosas pasa por el monopolio mediático que esta instalado en nuestro país, que nos dice que esta bien, que esta mal que leche comprar y en que banco depositar nuestros ahorros…
Utilice dos palabras muy sensibles al común de la sociedad, monopolio y mediático…
A partir de ese momento casi sin proponérmelo desate un verdadero vendaval de argumentos “crispados” del resto de los comensales (éramos cinco en total), argumentos bastante simples de refutar ya que todos seguían la lógica Magnettiana…
Obviamente hacían cola para interrumpirse y casi regodeándose ante el hallazgo de encontrar a alguien que esta de acuerdo con muchas de las medidas que ha tomado el estado en estos últimos tiempos, mezclando la ira y la perplejidad.
Y llego el tema de los derechos humanos, “Los derechos humanos de quien??” desencajados me gritaban, “En la época de los militares no había inseguridad”, “una amiga fue a Abuelas de plaza de mayo y no le dieron bola” etc. etc. etc. etc.
Quizás fui un poco irónico cuando les dije que los muertos por asesinatos en el país no llegan a un 5 % de las muertes a causa de los accidentes de tráfico.
Seguro no me entendieron cuando les dije que en aquellos estados en donde rige la pena de muerte las estadísticas de delito no han demostrado merma alguna, mucho menos cuando a tanto grito le dije que la inseguridad es un fiel reflejo de la desigualdad.
“Y que hizo este gobierno contra la desigualdad” bramaron los opositores clase A que tenia almorzando conmigo, con calma, cosa que seguramente los irritaba mas les explique por ejemplo el tema de las Retenciones a la Soja, la Asignación Universal por Hijo, la recuperación de los fondos jubilatorios, etc. etc. etc.
Pero no contentos con eso siguieron atacándome (a esta altura ya era personal) con el tema de la inseguridad, como que uno estuviera de acuerdo con cada asesino que anda por la calle, y otra vez el tema de los derechos humanos, que pobres viejos (en alusión a los genocidas juzgados tardíamente), que se la agarran con ellos porque son unos montoneros, y demás barbaridades.
Nuevamente con una alta dosis de paciencia, les comente que una de las principales razones del golpe era poder fijar las políticas económicas sangrientas para el pueblo que, sino era por la fuerza no tenían manera de implementarlas, así se fueron quedando con los bienes, las empresas y hasta los hijos de quienes no les caían bien y con el aparato represivo pudieron llenarse de dinero en un muy corto plazo. “Patrañas” desencajados me gritaba una, “Si no estabas en nada raro no te pasaba nada” decía otro y ahí es donde di por terminada la conversación (para nada amistosa), diciéndoles “con gente que reivindica el golpe militar no tengo nada para discutir”.
Debo decirles que luego de este suceso me sentí bastante mal, no por la disparidad y el regodeo de mis contrincantes dialécticos, sino porque habiendo dejado atrás los 40 años todavía me cuesta entender que mierda nos pasa a los argentinos.
La gente que compartió ese almuerzo es gente humilde, con mayores o menores pretensiones, viene de familias similares a la mía, algunos con mas, otros con menos estudios de los que tengo yo.
Pero que lleva a la gente a defender a genocidas que tiraban gente sedada al río, gente que en mesa de torturas cometieron atrocidades dignas de la Alemania Nazi y muchos civiles cómplices, beneficiándose con las políticas que el estado ilegal dictaba, fueron construyeron sus imperios.
Que los seduce de esta gente que buscan el máximo ofreciendo lo mínimo, que toman cuanta oportunidad tengan para utilizar su poder (en la mayoría de los casos mal habido).
Seguramente quien se tomo el trabajo de leer estas líneas ha estado en alguna situación similar en estos tiempos que corren, yo no tengo las respuestas a las preguntas que hice mas arriba.
Por lo pronto, me dedicare a llevar una vida mas sana, almorzare solamente un yogurt en mi escritorio….

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